Los calabacines, hay que ver el juego que pueden dar! Como no tienen una potencia de sabor apabullante, que digamos, quedan bien con cualquier cosa: con carne, con pescados, con huevos…
Con estos me he puesto estupenda y los he rellenado de gambas, congeladas, eso si, que con los tiempos que corren estoy por hacer una piscifactoría en la charca del patio y empezar a criar marisco en ella para no tener que pedir un crédito cada vez que se me antojan unas gambas!
Ingredientes:
4 calabacines redondos
2 cebollas, picadas
puñado de setas al gusto
½ kg colas gambas peladas (congeladas)
2 C crema de leche
sal
pimienta de molinillo
Poner una cazuela con agua a hervir. Vaciar los calabacines con cuidado, reservando la carne. Echarlos al agua hirviendo y dejar que se escalden, unos 10 min. pero que no queden excesivamente blandos. Sacar y dejar escurrir y enfriar boca abajo.
Poner un poco de aceite en una sartén y echar las cebollas y la carne del calabacín picada también. Añadir las setas picadas y dejar hacer un buen sofrito, una hora o algo mas, que quede como un puré oscuro. Cuando esté, echar las colas de gambas a trocitos y dar unas vueltas para que se cuajen, guardando un par de gambas de adorno para cada calabacín. Echar la crema de leche y remover hasta que se una.
Colocar una hoja de menta en el fondo de cada calabacín y rellenarlos con la mezcla anterior. Poner las colas de gamba enteras de adorno, un poco de queso rallado y gratinar.