Ya se que casi no se ve el paté en la foto pero es que la cocotte es un juguete de herencia de mi familia y quería que lo vieras, así que, mira por dónde, ha tomado casi todo el protagonismo! Cuando yo era pequeña, mis padres compraron una casa grande ya que éramos muchos y en ella, encontrábamos tesoros de vez en cuando, como la vajilla de juguete que hacía juego con ésta cocotte, que en realidad es una minisopera. Como se ve en la foto, y a pesar de que la guardo como oro en paño, tiene muchos descascarillados pero me es igual, porque si no la disfruto para que la quiero?
Margarina, un poco
3 cebollas picadas muy finas
400 gr hígados de pollo, limpios
Hierbas aromáticas: tomillo, romero, salvia
sal
1/2 vasito de coñac o armagnac o algún destilado
corteza de limón rallada
Freír la cebolla en la margarina, con el mínimo fuego. Añadir los hígados, las hierbas y un poco de sal. Echar el coñac y dejar reducir. Cuando esté, no mucho rato mas, añadir un poco de margarina y pasar por el pimer si han quedado trozos demasiado grandes o no nos gusta la textura. Colocar en un bol bonito, dejar enfriar y rallarle piel de limón por encima. Servirlo con tostadas caseras calientes.
En cuanto a la piel de limón, mi sistema es tener siempre algún limón congelado y rallarlo por encima de donde sea necesario. Así, no solo se ralla la corteza sino también algo de pulpa y da muy buen sabor.